LOS EFECTOS DE LA TORMENTA. Las causas del desastre La urbanización y el asfalto impermeabilizan el terreno y agravan las inundaciones

Unió de Pagesos denuncia el efecto presa de obras que obstaculizan los cursos del agua. Los expertos proponen compensar el fenómeno de la impermeabilización del suelo por la edificación.  

LA VANGUARDIA - 02.46 horas - 10/10/2002  

La autopista del Garraf se inundó por falta de colectores, y la autovía porque está construida en un terreno inundable    

ANTONIO CERRILLO

Barcelona.

El fuerte ritmo de ocupación del suelo en diversas zonas de Cataluña y el consiguiente proceso de impermeabilización del terreno es una de las principales causas de los graves efectos que están causando las inundaciones registradas en los últimos tiempos. La creación de áreas urbanizadas o la consolidación de las existentes así como las infraestructuras de todo tipo han comportado el asfaltado de extensas superficies del suelo -Baix Llobregat o Maresme-, con lo que se incrementa peligrosamente el caudal de agua que circula en caso de lluvia. Así lo señalan algunos de los expertos consultados, que ven necesario sincronizar el desarrollo urbano con las obras hidráulicas.

La impermeabilización del suelo también explica la reiteración de las inundaciones en Castelldefels, uno de los municipios catalanes con un ritmo más acelerado de urbanización. El agua, al no poder filtrarse con facilidad a los acuíferos subterráneos, discurre por la superficie. El suelo ha dejado de ser una esponja y se ha transformado en una peligrosa tabla lisa que lo anega todo.

A este hecho se une la constatación de que algunas infraestructuras cortan o modifican los cursos naturales del agua, con lo que se produce un efecto presa o barrera. "Muchas obras en el delta del Llobregat están mal hechas", afirmó el sindicato Unió de Pagesos.

"Lo que vemos en Castelldefels es el mismo fenómeno que se ha dado antes en el Maresme. La diferencia es que allí el terreno es inclinado, mientras que en el Baix Llobregat, el terreno es llano y se originan inundaciones", indica Josep Oriol Comas Vancells, ingeniero agrícola y vicepresidente de la Fundació Agrícola Catalana. Mientras que en el Maresme la inclinación produce un "frente de ola" que se lleva todo por delante, en el Baix Llobregat la inundación no comporta una irrupción súbita del agua, sino un anegamiento paulatino.

Josep Dolz Ripollès, ingeniero hidráulico de la Universitat Politècnica de Catalunya, afirma que "el uso del territorio se ha de realizar de manera que se respeten sus características hidrológicas", y aboga por tomar medidas para limitar o compensar la impermeabilización del suelo, según recoge en el libro "Riadas", editado por la Fundació Agrícola Catalana.

Dicha fundación propone que cada vez que se creen nuevas áreas urbanizadas se tomen medidas preventivas para garantizar la circulación del agua, como la ampliación de la capacidad de los alcantarillados. Josep Oriol Comas es partidario incluso de impulsar pequeñas intervenciones preventivas cuando se actúa en el territorio. Así, sugiere la construcción de pozos, balsas o depósitos para infiltrar o regular el agua, o habilitar espacios ajardinados así como el uso de materiales porosos en ellos.

La gota que colma ahora el vaso ha sido la inundación de la C-32 -la autopista de Garraf en Castelldefels-, en donde el flujo natural de la corriente se ha visto obstaculizado por la barrera de la autopista. El resultado ha sido un gran atasco de coches y el cruce de acusaciones entre la Generalitat y el Ayuntamiento por la falta de un colector de aguas pluviales que debe atravesar subterráneamente la autopista. El Ayuntamiento de Castelldefels señala que la C-32 no dispone de un un sistema de desagüe adecuado, mientras que el Departament de Política Territorial acusó al Ayuntamiento de no haber construido los colectores pluviales necesarios.

José Luis Morlanes, presidente del Consell Comarcal del Baix Llobregat, medió en la polémica recordando que las inundaciones se han producido justo cuando está en marcha un plan de inversiones en obras en la red de saneamiento en la comarca, pactado también con el Área Metropolitana y la Agència Catalana de l'Aigua. Entre otras, están en marcha inversiones de 15,6 millones de euros en Castelldefels.

En el caso de la inundación de la autovía (C-31), en El Remolar, el problema se debe a que el terreno es inundable. Tras las últimas lluvias, el suelo ya estaba muy saturado y no podía retener más agua.